Tomándose un
cafelete
estaba Luis
Delicado
y avivose de
repente:
noviembre había
terminado.
Contando fue
con los dedos
y se le cayó la
taza.
Si para la Inmaculada
no estaba
puesto el Belén
fuera del
concurso estaba
que montaba don
Senén;
cura que fuera
castrense
y que a nadie
le aguantaba
ni un pelo el
entretenerse.
En una caja muy
grande,
otrora para
boniatos,
debían de estar
los corchos
junto a los
demás ornatos.
Pero antes que
Delicado
las eficientes
carcomas
al corcho
habían llegado
convirtiéndolo
en serrín
y en alones
unas alas
que lucía un
serafín.
Determinó, de
momento,
vaciar aquella
caja
y aprovechar lo
que fuera
de barro o de
porcelana.
Se salvaron
muchas cosas
como el
castillo de Herodes,
el portal, las
figuritas...
“¡Toma, carcoma,
te jodes!”
Pero la cosa no
estaba
para perderse
en insultos
y en menos que
canta un gallo
se deshizo de
los bultos
y cascajos que
sobraban
metiéndolos en
un saco.
Mas, al hacer
la manera
para cargarse
el hatillo,
se le fue una
pedorrera
y se cagó el
calzoncillo.
Con las manos
hacia el cielo
-resulta más
que evidente-
salió Luis
Delicado
disparado hacia
el retrete.
Iba ya a perder
el día
aunque hizo lo
correcto
y el culo quedó
en perfecto
estado de
policía.
Compuso con
arpillera
unas montañas
graciosas
que formaron
cordillera
cubiertas con
escayola.
Y antes de que
se secara,
de manera muy
notable,
disimuló mucho
el cable
para que quien
lo mirara
apenas se
percatara
de que cuarenta
bombillas,
sin contar
treinta del cielo,
iluminaban las
casas
dando luz y
dando el pego.
Luego colocó un
río
hecho con
plancha de cobre
donde pueden
nadar patos
pues por él el
agua corre.
No hubo
trabajado poco...
por eso se fue
a dormir
sin cenar y sin
sentir
que le iba
cayendo el moco.
Amaneció
estornudando
pero como su
belén
buena forma iba
tomando,
se dijo “vamos
al tajo
que está
quedando fetén”
Allí palmeras y
olivos
junto con
algunos tilos
y el mismo
humus orgánico
formaron jardín
botánico.
Como Dios, el
creador,
después de
instalar la flora
la fauna con
gran primor
vino a poner en
solfa.
De manera que
lebreles,
camellos,
cerdos y gallos
o sardinas y
jureles
quedaron bien
colocados.
No faltó
volatería:
las cigüeñas
emigrantes
con hilos las
mantenía
sujetas a unos
portantes.
Y por fin puso
a la gente
de tan varia
condición
que sin ser un
disparate
juntó en común
unión
así a sabios
como a orates.
Los magos en
sus camellos,
uno que a su
burro carga,
la que lava sus
cabellos
y el pastorcico
que caga.
Arrimó al final
las sillas,
impaciente dio
a la luz
y las setenta
bombillas
dieron al Niño
Jesús
el marco más
relevante
porque, sin
exagerar,
aquello era
obra de arte.
Al darle al
agua lloraba,
mirad si estaba
dichoso
y entre
lágrimas y mocos
parecía que
temblaba
¡Que subida de
tensión
en una sola
jornada!
sabiendo que al
día siguiente
era ya la
Inmaculada.
A la compaña y jurado
que llevaba don
Senén
en la cama
Delicado
les hizo el
parabién
porque estaba
constipado.
Con el belén
apagado
y el agua sin
correr
iba a perder
Delicado,
ya se puede
suponer.
Y así fue
porque Fortuna
o el designio
divino
vino y terció
con una
fiebre que era
algo fino.
Ganó Jacinto
Pozón
con un belén
desastrado
mas Jacinto era
casado
y
Luisito...solterón.
2 comentaris :
¡Qué pena que a don Delicado
el premio por su belén
le ha negado don Senén
por culpa de un mal constipado!
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